martes, 27 de noviembre de 2012

Gracias, Cataluña (más o menos).

Sin olvidar que pese al palastrazo que se ha llevado CiU sigue siendo la fuerza más votada. Sin olvidar que PP ha subido un escaño y el PSOE conserva 20 y la verdad es que tampoco tengo muy clara la postura de 'Ciutadans' respecto a las políticas de austeridad y recortes. Sin olvidar en definitiva que una muy amplia mayoría apoya a los partidos implicados en la destrucción de servicios sociales.
Aun así, gracias, Cataluña, porque aunque el independentismo pueda ser un sentimiento mayoritario habéis demostrado que un trilero que se envuelve en la bandera para que le legitiméis de paso su política de recortes y represión, por mucho que pueda acelerar un hipotético proceso de independencia no es el guía que elegís para vuestro camino. Porque sentirse identificado con tu país es importante pero a día de hoy parece mucho más importante la guerra entre la derecha y la izquierda que la batalla (¿por qué batalla?) entre Cataluña y España.
En la torticeramente avivada disputa soberanista entre CiU y el eje PP-PSOE los ganadores han sido ERC. ¡Qué envidia! En el resto del país seguimos enredados en la disputa PP-PSOE aunque quizá haya que agradecer en el futuro al PSOE su hundimiento para que podamos realinearnos en un PP-Resto del Mundo suficientemente fuerte como para revertir la involución de España.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Luchar contra la ley

Como analfabeto funcional en cuestiones legales a veces me pregunto qué es realmente 'la ley'. La mejor respuesta que se me ocurre es que la ley es el sistema que tiene una sociedad para protegerse no solo a sí misma sino también sus usos y costumbres. La ley es un instrumento que debería ser utilizado (al menos en un sistema democrático) para proteger los intereses y derechos de la mayoría de los ciudadanos, que son los que ostentan el poder aunque lo deleguen en un 'gobierno' a través de sus votos. O al menos creo que debería serlo.
En países civilizados, además, espero que la ley proteja los intereses y derechos de las minorías siempre que no represente una pérdida de derechos o un perjuicio objetivo para la mayoría. Ya está, ya me he liado, ¿"objetivo"? Si le preguntas a un irlandés si una mujer ha de morir en vez de abortar un feto inviable, en promedio te contestará que sí, y que si se le permitiese abortar le representaría (al irlandés) un enorme perjuicio... moral. Aunque objetivamente no entiendo qué pierde el irlandés por ese aborto, está claro que su ley protege sus costumbres, creencias, supersticiones o como queramos llamarlo. Así, veo difícil la existencia de una ley 'objetiva' con lo que nos hemos de conformar con interpretaciones y aproximaciones.
Pero las leyes responden (mejor o peor) a las sociedades y las sociedades cambian. Las leyes que ayer eran aceptables hoy pueden ser anacrónicas, y corresponde a la sociedad que las sufre luchar por cambiarlas. La ley no es algo intocable, no emana de ningún dios, no ha de servir a otros intereses que a los de la sociedad tomada en conjunto sin olvidar que se compone de individuos, que no es aceptable sacrificar a algunos por el bien de otros. Así, gracias al inconformismo y a la lucha contra la ley, contra su función espuria de perpetuar el 'statu quo', los movimientos sociales consiguen transformar el mundo: la Revolución Francesa, las luchas por los derechos civiles de los negros (y otros grupos étnicos) en los Estados Unidos, por la igualdad de las mujeres... sólo un cínico, un mentiroso, un embaucador diría que las leyes no han mejorado gracias a que alguien se ha opuesto, a que mucha gente ha luchado contra ellas.
Pero las leyes no necesitan ser heredadas para ser injustas y nocivas para su pueblo. Un gobierno elegido democráticamente puede sentir la tentación de promulgar leyes que sólo beneficien a una parte pequeña de la sociedad (normalmente rica y poderosa) en contra del resto. ¿Están legitimados por las urnas para hacer lo que les venga en gana? Pues sí, señores, lo están, pero las urnas sólo son los contables de la soberanía popular, los depositarios seguimos siendo las personas. Y cuando no hay urnas de por medio podemos salir a la calle y gritar 'esta ley es injusta y me opongo'. Si somos los suficientes se nos va a oir.
Mejor aún, aunque tratemos con una sociedad anestesiada por el consumismo y asustada por la amenaza de dejar de recibir las migajas de los ricos y poderosos, cuanto más duro sea el golpe más tenemos que aprovecharlo para ayudar a abrir ojos y mentes. Si nos presentan un duopolio que no ofrece alternativa tenemos que descubrir cuál es realmente nuestra alternativa y contarlo y explicarlo mil veces mientras los hechos nos van dando la razón. Si se nos van haciendo tragar como hechos consumados las privatizaciones y las prebendas, la negación de la justicia, el empleo o la vivienda, busquemos y trabajemos por las alternativas que propongan expropiaciones y nacionalizaciones y castigos proporcionales a los expoliadores para devolver al pueblo lo que se le está robando. Cuando te roban demasiado te acaban quitando también el miedo, cuando es tu familia la que sufre un desahucio por poco que te interesase la política no te quedan más alternativas que rendirte y morir en la calle o informarte de cuáles son tus armas. Y tus armas son el voto, la palabra y la calle. La palabra para llegar a todos los que están en tu situación y todavía dicen que no les interesa la política. La calle para demostrar que estás vivo y que no aceptas lo que te están haciendo pasar. El voto para usarlo con inteligencia y vigilar que los políticos que eliges sirven a la sociedad en vez de servirse de ella. Cuenta también con la red: te permite acceder a información crucial que nunca aparece en ninguna televisión ni ningún periódico de los de los kioskos, te permite entrar en contacto con gente que piensa como tú, aunque haya una ley que (toma ya) te castigue por ponerte de acuerdo con más gente para protestar contra las injusticias. Cuanto más duro nos golpeen menos tendremos que perder. Cuanto más injustas son las leyes más fácil es hacer caer las máscaras y las excusas. No todos somos grandes hombres o mujeres con un plan factible y fuerza suficiente para salir a la calle enarbolando una bandera, pero esos hombres y mujeres existen, podemos localizarlos, podemos aprender de ellos y contárselo a más gente.
Podemos, realmente podemos luchar contra la ley y ganar. Y que 'La Ley', de paso, también gane.
https://www.youtube.com/watch?v=4hw846vx_uk
https://www.youtube.com/watch?v=OgtQj8O92eI
https://www.youtube.com/watch?v=4-1Ihwt48EM
https://www.youtube.com/watch?v=qC2UUSGkRfk